En tiempos convulsos propongo –a través de la obra matérica– una conexión con el propio eje de gravitación. Todo está en perpetuo movimiento de contracción y expansión, de destrucción y creación. La obra hace referencia a la ley del ritmo universal: con un movimiento en torno al espacio vacío central, por donde circulan la luz y el sonido, recogiéndose y expandiéndose. 80 anillas ensambladas, 40 de ida y 40 de vuelta, donde el 40 simboliza una metanoia, una transformación. Su forma remite al toroide electromagnético de la tierra y del ser humano oa la forma que se cree tiene el universo, en un sin principio ni fin, sucediendo en todas las escaleras. Los círculos son recorridos vitales que transitamos y donde creamos mundos. Los tonos remiten a los estratos y ritmos en los que está presente el azar, dentro del gran flujo de transiciones.
¿De dónde viene la inspiración?
La inspiración viene de lugares diversos, que se alimentan unos a otros. Constantemente reflexiono, intento adquirir conocimiento, observo… En el fondo, siempre estoy creando en background. Hay ideas, voluntad de interpelar y sensaciones que deseo transmitir. Lo que son la forma o la imagen, pueden surgir de forma espontánea o por ejemplo en un sueño. Después, el razonamiento y los esbozos pueden ir complicando o depurando. Y finalmente es en el taller y sus procesos, donde se transforma y acaba de configurarse. No es un proceso simple o lineal, pueden ocurrir varias cosas a la vez. El contacto con la naturaleza me es fundamental, porque me conecta con mi esencia y sólo desde ahí puedo crearlo con verdad.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
En septiembre de este año inauguraré dos exposiciones individuales: «Encontrarse in Natura» en las Bernades de Salt (del 10 de septiembre al 30 de octubre) y «De la Tierra a la tierra? [humanidad en transición]» en el centro cultural La Mercè de Girona (del 16 de septiembre al 22 de octubre).
Ambas surgen en lo que yo interpreto como un contexto de sociedad distópica, en crisis total como especie. Con nuevas realidades deshumanizantes, donde se derrumba el sistema; en un colapso climático y de salud, viviendo vidas virtuales infantilizadas, inmersos en posverdades, adorando la tecnología mientras los derechos hacen retroceso e impera el hipercontrol. En la madre tierra opera un equilibrio perfecto: cuando los seres ya son despojos, vuelven a ella para brindar alimento y crear otros nuevos. Desconectados, ignorantes, soberbios y desagradecidos, somos una especie autodestructiva en transición, donde sólo la conciencia puede salvarla/nos.
Tu obra ha sido galardonada, pero ¿nos podrías destacar alguna o algunas del resto de obras seleccionadas que más te gustan?
Me gustan bastantes obras por motivos diversos. Destacaría Deformación caótica 1 de Martin Del Litto, la encuentro muy sugerente. Y «Hoy» de Ona Boix, con un misterio hipnótico. Otros serían Meet you again. Inner horizontes» de Jordi Sarrate, «MNH3» de Marc Sparfel o «NU» de Asunción + Guasch y «Nido» de Teresa W.
Podrás ver la obra de Mònica, junto con el resto de galardonadas y seleccionadas, en la exposición «El mejor diseño del año» hasta el 29 de agosto en el Disseny Hub Barcelona.
